La habilidad, el valor y los niveles de concentración son inmensamente necesarios, con velocidades cercanas a 200 mph, y, aunque es difícil de correr, aún más difícil es lograr el primer puesto. Los premios a los ganadores de esta carrera, no son del otro mundo, pero tienen un valor espiritual como ningún otro.
Sin contar eventos automovilísticos, no hay otro país, que pueda presumir de una carrera de más de 100 años de historia, tan ilustre, tan rica en tradiciones y leyendas. Y si después tu nombre es inscrito en un trofeo TT, es como sentarse con los dioses del "Olimpo".
Las carreras TT te capturan la mente, de manera que ninguna otra carrera puede dar un espectáculo tan puro y singular. Asegurando el deleite a miles de aficionados que acuden a esta Isla del Hombre cada año en el mes de mayo y junio para su liberación espiritual. Que lastima, no poder estar estos días, haciendo mi liberación personal; pero no moriré sin antes conocer el "Olimpo". Saludos; Mikimoto Requena
No hay comentarios:
Publicar un comentario